Ha llegado el momento de hablar del arcano Sin Nombre, el que lleva el temeroso número 13, el tabú occidental, el arcano de la muerte. El arcano que para mí simboliza la conjunción Saturno-Plutón que se dio el 12 de enero del 2020 luego de 36 años, y que vuelve a activarse el 04 de abril hoy, cuando Júpiter se une a Plutón. No soy astróloga, leo información de profesionales que me inspiran como @mia_astral o @marcelodalla (Brasil) y que explican las tendencias desde un marco más grande que mi piso y mi vida. Hace más de año que advierten las fuertes transformaciones de las estructuras a nivel global. Hoy, día portal, empieza su expansión a nivel colectivo. Dicen que las tendencias energéticas se notan antes, durante y después de estos encuentros de titanes y a nosotres nos toca experimentarlos en esta dimensión que llamamos vida, realidad, día a día. Para mí, la metamorfosis plutónica de las estructuras se ve como nunca en las calles vacías, en las casas, en los cuerpos y en nuestras mentes. Nos estamos transformando. Y eso desde siempre y todo el rato, pero nos ha tocado aprender de ello y en cámara-lenta. La transformación constante está en la naturaleza, en cada gesto, en cada segundo que creemos marcados por los relojes y calendarios que nos inventamos. Está en el microsegundo entre inhalación y exhalación, en la hoja que se pudre caída en la tierra, en la acción de la gravedad, en todo. Nos estamos transformando. A algunes marea pensarlo. A mi también me pasa. Pero lo que era, ya no lo es, y es así constantemente. No hay mucho más que decir.
Busco descanso en la fe de que aprovecharemos este micro rato en la era de las Eras para determinadamente permitirnos fluir en los ciclos que nunca estuvieron bajo nuestro control, tampoco encajados en las dualidades del bueno/malo, verdadero/falso, caro/barato, creando las relaciones de otra manera. No sabremos qué vendrá, no-sabemos. Entonces, no nos resta más remedio que confiar en la naturaleza, en la belleza de la danza y en el silencio que se encuentra detrás de las piruletas de la mente y del ego. En la contemplación. En la solidaridad creativa de encontrar soluciones colectivas para las personas que necesitan ayuda. Tengamos paciencia con nosotres mismes, con el/la vecino/a que se queja de que no llevas mascarilla, que pide para que apartes a 5 metros de distancia. Está bien no estar bien. Está bien no estar bien. Tengamos paciencia porque el capitalismo nos ha deshumanizado a todes y está en un estado avanzado de putrefacción. Es una gran oportunidad de regenerarnos.
Los primeros rayos de sol nascen justo después de la hora más oscura de la noche.
Amor y Luz,
Mariana Amaral
Ilustración @pedroindionegro
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