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Foto del escritorMariana Amaral

Sobre escoger no decidir.

Hay ciertas situaciones que son enemigos de las buenas decisiones. Estar atentes a cómo estamos internamente y mirar las cosas con perspectiva nos ayudan a evitar enrollarnos con el ruido mental y la ansiedad. Te presento 5 soluciones para evitar arrepentirse por actuar de forma precipitada:


1- El gran enemigo cansancio. Si lo que está sobre la mesa es algo que te importa y no has dormido bien, tienes la energía vital bajo mínimos o acabas de salir de una situación estresante pospón la decisión.

Expresa que no estás en tu mejor momento para escoger y piensa con calma sobre el asusto. Asegúrate de dormir bien y estar tranquila la próxima vez que atravieses el tema.


2- La presión del entorno.

Supongamos que tu jefa o jefe te invita a cenar con las personas del equipo el viernes, sientes la presión de decir que sí pero no ves con claridad qué quieres hacer (puede que fulane esté también, uff no sé, qué palo…). En estos casos sugiero que digas que necesitas confirmar otra cosa antes de decir nada. No estarás mintiendo sólo que confirmarás contigo misme si quieres ir o no antes de comprometer tu sagrado viernes por la noche.


3- El hambre u otras necesidades fisiológicas.

Yo no sé vosotres, pero no puedo pensar con claridad si tengo hambre o si necesito ir al baño. Si te deparas con una propuesta transcendental en estas circunstancias, atiende primero tu necesidad vital antes de aceptarla o rechazarla.


4- Si tu inseguridad te impide sorprenderte.

Yo soy muy tímida y si no estoy atenta dejo de hacer cosas chulas por miedo a mostrarme vulnerable.


Observa si algo en ti no te “protege” de vivir cosas lindas. Busca atravesar la tormenta de la inseguridad antes de decir un no rotundo sin pensar, cuando en realidad es una experiencia que quieres mucho probar. Permítete sorprenderte.


5- La salida de las 24h.

Esta la utilizo mucho en ambientes laborales o para la firma de contratos.

Sabes cuándo te vienen con la propuesta final o el contrato definitivo y tienes que firmarlo?

Si no lo has leído, no te cortes, coge el papel y pide 24h si la situación no te da más tiempo. Permítete leerlo con calma y cerrarlo sin dudas pendientes. Que se te baje lo que pulula por dentro y te quedes sólo con la celebración, o la certeza de que es lo mejor para ti.


Te he ilustrado 5 situaciones en las qué nuestro estado interno interfiere y mucho en la toma de decisión. El apuro, el cansancio y la presión son parte de nuestras vidas pero podemos evitar que sean ellos los tiñen nuestras elecciones.

Una analista que me acompañó durante años me dijo una vez: cuándo no sepas qué hacer, a lo mejor lo que necesitas es no hacer nada. Esta frase me todavía me acompaña porque me recuerda que puedo intentar res-pon-der en lugar de re-a-ccio-nar.

¿Notas que estos gestos tienen ritmos distintos?


Para finalizar, destacar que no me he referido a imprevistos graves sino a situaciones del cotidiano. Cuando la cosa es urgente no te preocupes, será tu parte más instintiva del cerebro y tus glándulas suprarrenales las que decidirán por ti. Confía que ellas sabrán qué hacer y espero que tu cuerpo las actives pocas veces en tu vida.


Y para todas las demás circunstancias contemos con el amigo tiempo y su hermana calma, y nos regalemos un suspiro antes de continuar.


Amor y Luz,

Mariana Amaral



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